Diariamente millones de personas tienen el propósito de adelgazar e inician un nuevo intento utilizando las dietas de moda con la ilusión de perder unos kilos de peso; otros optan por el entrenamiento físico o por soluciones rápidas como los procedimientos estéticos y quirúrgicos.
Desafortunadamente muchos son los casos donde después de probar diferentes soluciones, obtienen resultados temporales y vuelven a recuperar su peso habitual, llenándose de frustraciones porque no se va a la raíz del problema, EL CEREBRO; mientras no se adelgace la mente es muy difícil adelgazar el cuerpo en forma sostenida y a largo plazo.
Fuera de las causas orgánicas que deben ser tratadas médicamente, la mayoría de las causas de la obesidad y el sobrepeso son psicológicas y están relacionadas con la manera como el cerebro procesa la información sobre los alimentos y la forma como esta diseña nuestro sistema de creencias, el cual se adquiere desde la infancia observando los modelos familiares y costumbre sociales, las que a la vez estructuran nuestros hábitos alimenticios.
Sin darte cuenta, tu haces una construcción cerebral tí y de los alimentos y es la primera parte donde estos se procesan, no en tu boca, ni tu estómago; antes de consumirlos, ya has pensado en su sabor, en su olor, en si te van a engordar o nó, si vas a ser una buena digestión o no y de acuerdo a eso tu cerebro genera cambios bioquímicos y físicos, bien sea para salivar, para arrugar la cara, para una buena o mala digestión, consumirlos o reemplazarlos por otros más sanos. En el cerebro está el sistema límbico quien le da contenido emocional al consumo de alimentos. Luego, es el cerebro y el sistema de creencias lo que principalmente facilita modificar hábitos que te llevan a perder peso o mantenerte en tu talla ideal.
El reconocido profesor Bruce Lipton, en sus estudios sobre la membrana celular y las modificaciones de las células según el entorno sentaron las bases de la nueva epigenética. en su libro «la biología de la creencia» describe un experimento que le cambió la forma de ver la medicina, en sus propias palabras dice «Puse una célula madre en un plato petri y, como cada diez horas se divide en dos, al cabo de dos semanas, tenía miles de células, todas idénticas. Luego cogí algunas de ellas, las coloqué en otro plato y cambié el entorno celular (son más como peces porque viven en un entorno fluido). Cambié la química en ese plato y ahí formaron músculo. Después, cogí otras del primer plato y las puse en un entorno diferente, y se formó hueso, y otras se convirtieron en grasa al volver a cambiar el entorno. Entonces, la pregunta es muy sencilla, ¿qué controla el destino de las células? Todas eran idénticas, lo único que era diferente era el entorno. Cuando cojo células sanas y las colocó en un entorno nocivo, la células enferman y mueren. Les cambias el entorno nocivo, las colocas en uno sano y saludable y las células sanan».
Los pensamientos y las creencias, son un proceso psicológico que altera la neuroquímica cerebral, durante el cual, se descargan neurotransmisores al torrente sanguíneo y alteran su PH creando entornos que pueden afectar a las células positiva o negativamente. Lo que creemos determina lo que somos y si tu cerebro cree que eres gordo, las órdenes que de el emanan serán coherentes con esa creencia es decir, tendrá pensamientos y hábitos de gordo. Somos víctimas de nuestras creencias, pero podemos cambiarlas. Todos tenemos algún prejuicio o creencia sobre determinados alimentos que inciden en la forma como estos se metabolizan ej. Un flaco tiene mente de flaco y piensa «a mí nada me engorda» y el gordo piensa «a mi todo me engorda», sus creencias se vuelven una sentencia..
Por esta razón, quienes se someten a procedimientos para adelgazar, quedan flacos transitoriamente con mente de gordo y su conducta cambia un momento pero al final imperaran los hábitos de gordo y vuelven a engordar. No se adelgaza con la fuerza de voluntad, porque implica un conflicto atracción – evitación entre lo que deseo comer y lo que debo comer y tarde o temprano sino hay un entrenamiento mental, la tentación y el deseo ganan la batalla por eso las dietas fracasan.
Si quieres adelgazar en forma definitiva, puedes hacer dietas, ejercicio y someterte a procedimientos estéticos y quirúrgicos, pero debes complementarlo con un entrenamiento mental para reprogramar tu subconsciente y tener herramientas para cambiar ese cerebro de gordo y adelgazar.
El entrenamiento mental te permite modificar creencias y esquemas mentales, lograr autocontrol emocional y cambiar hábitos alimenticios; facilitandote, enfrentar la tentación sin que ello implique un sacrificio o dolor emocional y lograr resultados definitivos y sostenibles. Intentalo, lo único que puedes perder es peso.
Dr Jaime Acosta – Móvil +57 3045660217
Psicología Clínica e Integral. Terapia de Parejas, Sexologia. Coaching en Control de Peso – Trainer en PNL e Inteligencia Emocional, Entrenamiento Mental