
Generalmente los estudiantes son repetidores porque la fundamentación del aprendizaje es memorístico. Fruto de esto, el nivel de retención de lo que se estudia es muy pobre y al poco tiempo cae en el olvido, ya que estudian no para aprende sino para aprobar el examen o ganar la materia.
Muchos educadores y padres de familia se concentran en explicar para que los estudiantes comprendan y hacen su mejor esfuerzo, pero no pocas veces sienten que siembran en el desierto y no ven resultados. Uno de los métodos más sencillos y prácticos es complementar la explicación con la implicación. Lo primero se dirige hacia afuera, lo segundo hacia adentro, es decir, que el estudiante se implique, lo involucra y percibe que lo que estudia es útil para su vida y se relaciona con algo que puede ser importante par el.
Normalmente, la enseñanza es descontextualizada y parece una colcha de retazos por lo que los estudiantes no le ven utilidad ni aplicación práctica, ejemplo, sumar, restar y multiplicar son simples operaciones matemáticas y solo cobran sentido para la vida de los estudiante en la medida que ven que les sirve para sus intereses. Si les gusta el helado, podrán saber cuantos helados pueden comprar con $10.000; eso hace que se impliquen y se motiven.
A nivel personal, es imprescindible que tengas en cuenta el por que y el para que estudias, dependiendo de tu repuestas le encontraras sentido a lo que te enseñan y lo querrás aprender o no. Si tiene sentido, te implicaras, te apasionaras y siempre encontraras una buena razón para aprender lo que estudias.
Dr Jaime Acosta – Movil +57 3045660217
Psicología Clínica e Integral. Terapia de Parejas, Sexologia, Terapia Psicosomática, Coach Empresarial, Trainer en PNL e Inteligencia Emocional, Entrenamiento Mental