Cada persona es única e irrepetible en razón a su crianza, experiencias y formas de ver el mundo. A menos que uno de los miembros de la pareja sea un apéndice del otro o una marioneta, es imposible que no existan desacuerdos. ¿Si se tienen diferencias con padres y hermanos es difícil no tenerlos con la pareja?.
La forma de resolver los desacuerdos no es callando lo que molesta o explotando porque todo tiene un límite. Es importante saber comunicar las inconformidades de manera adecuada. Existen personas tan prudentes que no respiran pero su vida es de infelicidad y como decía hipócrates » cuando la boca no habla el cuerpo grita» y el malestar emocional se traduce en síntomas físicos en forma de enfermedad que muchas veces por desconocimiento se trata médicamente, pero como su origen es emocional y no orgánico se vuelve crónico a menos que se intervenga emocionalmente.
Las diferencias en la pareja son aceptable, lo inaceptable es que no se encuentren puntos de acuerdo en las diferencias y se pretenda idealizar la relación hasta el punto que cuando surgen los conflictos la única opción es la separación y se toman decisiones apresuradas dejándose llevar por el enfado. Hay que iniciar quitando del conflicto la palabra «irreconciliable» y analizar si en la pareja ese comportamiento es habitual o circunstancial y en caso de ser habitual cuál es el nivel de compromiso para el cambio. Resulta conveniente preguntar directamente en lugar de tratar de interpretar hechos y con eso reducir la incertidumbre evitando las prevenciones. Pero sobre todo dejar de generalizar conductas diciendo » tu siempre o tu nunca» en razón a que si analizamos estas palabras no se ajustan a la realidad, ignoran los progresos o cambios y desmotivan para seguir adelante en la relación .
La crítica permanente impide cambios porque el criticado se justifica y se le esta recordando el error. De otro lado hay que evaluar si el resentimiento es mas grande que el amor, pues de ser asi, no es posible el perdón. Obviamente el perdón debe estar acompañado de rectificación y de la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.
Cuando a pesar de los juramentos y promesas la situación no cambia y no se cuentan con las herramientas para resolver conflictos antes de tomar decisiones radicales es conveniente buscar ayuda terapéutica que facilite crear un espacio para el diálogo donde se haga una evaluación centrada en las causas del problema y no en las consecuencias y se brinden herramientas prácticas para modificar esquemas, conductas y estados emocionales y se adquieran nuevos repertorios de conducta para resolver de manera positiva los desacuerdos y restaurara la relación si ese es el objetivo. Por dificil que se vea, los conflictos de pareja tienen solución cuando se tiene la decisión.
Dr Jaime Acosta – Movil; 3045660217
Psicología Clínica – Terapia de Parejas – Sexologia Clinica – Coaching – Trainer en Inteligencia Emocional y PNL
Entrenamiento Mental