¿Has sentido mariposas en el estómago?, ese es uno de los principales síntomas del enamoramiento, durante esta etapa se presenta un proceso psicológico y neuroquímico que inicia cuando te conectas con alguien que encaja con tu escala de valores (belleza, sexo, dinero, poder, inteligencia, bondad, seguridad, etc.). Esto hace que tengas gustos y preferencias diferentes, de lo contrario, nos enamoremos todos de la misma persona.
Los valores y creencias forman esquemas mentales, que a la vez forjan la personalidad. Cuando una persona encaja con tus valores, se activa en el cerebro la formación reticular, encargada de filtrar la realidad lo que te interesa, se agudizan los órganos de los sentidos y ves en ella cosas que otros no ven, se disparan pensamientos repetitivos de placer y/o alegría y estos descargan sustancias químicas o neurotransmisoras, que dependiendo de esos valores actúan en mayor o menor proporción en tu cerebro.
Una vez tu atención ha sido captada, los pensamientos estimulan a las neuronas y liberan feniletilamina FEA, una anfetamina natural, que se la conoce como la “molécula del amor”, responsable de que no puedas apartar de tu mente a esa persona, alterando la percepción a punto de idealizarla y verla sin defectos e irremplazable. La FEA, estimula la producción de dopamina, lo que genera la necesidad de estar con esa persona, creando dependencia porque actúa de la misma forma que una adicción, en razón a que se activa en tu cerebro el núcleo ‘accumbens’ en el sistema de recompensa. Si la relación termina cuando la dopamina está a tope, se presenta el síndrome de abstinencia casi idéntico a cuando a un adicto le quitan su droga.
Los pensamientos de alegría y felicidad, estimulan en el cerebro la producción de endorfinas y serotonina y la ansiedad generada con la incertidumbre y la necedad de control descarga adrenalina y noradrenalina, así como el miedo a perder a esa persona libera cortisol la hormona del estrés.
Todo este coctel neuroquímico, estimula el sistema límbico o centro de tus emociones y reduce la actividad de la corteza cerebral o cerebro racional; por esta razón, cuando estas enamorado, no piensas racionalmente y tomas decisiones emocionales, generalmente equivocadas.
Sí para tí, la fidelidad es un valor fundamental, tu cerebro descarga vasopresina conocida como la hormona de la monogamia que busca el fortalecimiento de las relaciones. Algunos estudios han concluido que los hombres y las mujeres a la hora de enamorarse tienen valores diferentes; las mujeres buscan seguridad y confianza, por lo que su cerebro descarga más oxitocina u hormona de la confianza y la seguridad que hace que se aumente más el contacto físico, caricias, besos y haya mas empatía; mientras en el hombre, se descarga más vasopresina que potencia la producción de testosterona aumentando el deseo sexual y el conectarse con estímulos eróticos (nalgas, senos, boca, etc.). Lo que no significa, que para la mujer este sea un detalle menor, pero valoran más la seguridad a la hora de enamorarse.
Si bien es cierto, el cerebro es determinante en el amor, tú eres una persona con cerebro, no un cerebro con persona y es imprescindible mediante técnicas terapéuticas, aprender a entrenarlo para que trabaje a tu favor y no en contra y tengas una buena educación emocional con la facultad de elegir a quien amas y no que el amor te elija a tí, de lo contrario, seguirás siendo victima y no protagonista.
Dr Jame Acosta – Móvil +57 3045660217
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