La pandemia del covid 19 aceleró la entrada de lleno a la era de la virtualidad y la necesidad de conocer las nuevas tecnologías de la comunicación es cada día mayor en el ámbito laboral, académico, comercial y social.
El tecnoestrés es un trastorno de adaptación y surge cuando se percibe que las exigencias tecnológicas para realizar una tarea son mayores a las habilidades o recursos que se tienen para realizarlas; con el agravante que estas tecnologías están en permanente evolución y no se han terminado de aprender unas cuando lo que se aprendió es obsoleto porque aparecen otras. Esta pérdida de control, o sentir que no se tiene un manejo aceptable de la tecnología, se constituyen en un generador de estrés y conlleva al desarrollo de actitudes negativas hacia las tecnologías informáticas.
Las exigencias laborales demandan mucho tiempo conectados a algún dispositivo tecnológico. El Observatorio de Prevención de Riesgos Laborales informó que uno de cada tres encuestados considera que el uso excesivo de las tecnologías de la información (TIC) en el trabajo le produce problemas como bajo rendimiento, fatiga visual, posturas inadecuadas, discusiones de pareja o no dejarle tiempo para salir con sus amigos. Y por otro lado puede genera adicción.
A los estudiantes hoy día se les exige además del cumplimiento de las tareas académicas, el manejo de plataformas informáticas para poder acceder a las clase y cumplir con sus responsabilidades; por lo que al sumar estos dos factores, muchas veces son mayores las exigencias que las capacidades, llevando a los estudiantes, a los padres de familia y profesores a generar altos niveles de ansiedad y estrés.
En cuanto al medio social, los eventos y acontecimientos se volvieron virtuales y menos presenciales, los cumpleaños, bodas, reuniones, presentaciones y hasta los actos religiosos y los sepelios tuvieron que entrar en la virtualidad y quienes no tienen las habilidades para ingresar a las plataformas se estresan y se frustran ante la impotencia de no poder participar de las invitaciones que se les hacen mediante un link o enlace virtual que reemplazó la tarjeta tradicional.
Para reducir el tecnoestrés, es imperativo no solo capacitarnos en la tecnología informáticas, sino aprender a manejar los pensamientos negativos, la frustración y tener autocontrol emocional, lo que facilitará que podamos generar conductas adaptativas en un mundo cada vez más cambiante.
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Dr Jaime Acosta – Celular +57 3045660217
Psicología Clínica (Infantil, Adolescentes y Adultos),Terapia de Parejas, Sexología Clínica, Adicciones, Terapia Psicosomática, Coaching, Trainer en PNL e Inteligencia Emocional, Entrenamiento Mental.