¿Quién no sabe cuáles son las medidas para prevenir el contagio del covid? yo creo que todos o casi todos sabemos del uso del tapabocas, el distanciamiento social, el tratamiento médico, los remedios caseros, los efectos del estrés, la utilidad del ejercicio y la meditación, etc, etc. Nunca antes en la historia, el ser humano ha tenido tanto acceso a la información, pero ¿ por qué si sabemos lo que tenemos que hacer, no lo hacemos?, porque el problema no es lo que sabemos, el problema es lo que creemos que en últimas es lo que determina lo que hacemos.
Las personas, de acuerdo a sus creencias tienen varias formas de percibir el riesgo de contagio del COVID, bien sea con optimismo realista o ilusorio. A fines de febrero de 2020 se llevó a cabo una encuesta en cuatro países de Europa que incluyeron a Francia, Italia, Reino Unido y Suiza (N = 4,348) (Raude et al., 2020). Se evaluó las percepciones públicas del riesgo de infección por coronavirus pidiéndoles a los participantes que estimaran las probabilidades de contraer la enfermedad en los próximos meses. Dentro de los principales resultados se descubrió que las personas estimaron el riesgo de coronavirus de manera optimista. Es decir, el riesgo percibido de infección para uno mismo, fue muchísimo más bajo de lo esperado con respecto a los otros.
En una encuesta telefónica realizada por el Centro Nacional de Consultoría a 2.500 personas en 14 municipios de Colombia, seis de cada 10 personas creen que es “muy probable” que se pueda contagiar con el coronavirus, es decir que aproximada mente el 40% no cree que se pueda contagiar. Sin embargo, otro estudio reveló que un alto porcentaje de sujetos ven la probabilidad alta de contagio, pero creen que serían asintomáticos o presentarían síntomas leves; este tipo de creencias se constituyen en un factor que minimizan la importancia de las medidas preventivas.
La estrategia más utilizada para la prevención y el control del COVID es la información, la mayoría de estos mensajes no modifican conductas, porque están mal diseñados, debido a que no siempre la información es el referente de la acción. La prueba está que a pesar de toda la campaña informativa las cifras de la pandemia aumentan, lo que demuestra, que el ser humano no actúa coherentemente con lo que sabe, sino con lo que cree, se han preguntado, ¿por qué no todos usan el tapabocas o lo usan inadecuadamente?, ¿Por qué violan la cuarentena?, a quienes se exponen al contagio se les trata de locos e inconscientes y pueden tener cierta razón, pero en lugar de eso la pregunta correcta sería ¿por qué actúan así? .Tratar de modificar comportamientos sin tener en cuenta que lo genera, limita el logro de resultados y es como buscar el ahogado río arriba; mientas que si se desarrollan acciones de prevención y control basadas en la modificación de creencias que conlleven a un cambio sostenido de la conducta social los resultados positivos pueden ser sorprendentes.
Las acciones de los gobernantes han sido bien intencionadas, pero mal aplicadas porque solo quieren modificar conductas sociales, sin analizar los hilos invisible que mueven esas conductas. Esta falta de conocimiento del comportamiento humano ha llevado a que se improvise y las acciones han sido producto del ensayo y error y cuando creemos que se acaba la cuarentena se extiende otro periodo más, creando incertidumbre social lo que genera otros problemas como los económicos y la afectación de la salud mental. Como consecuencia de esto, hay países que han vuelto al confinamiento o están pensando hacerlo, porque se presentan rebrotes de COVID, limitando predecir a ciencia cierta el curso de la pandemia.
Aunque las acciones epidemiológicas y del personal de salud han sido importantes, en forma equivocada y obstinada, han asumido de forma simplista el rol de conocedores del comportamiento humano, como si con propagandas o con charlas informativas o infundiendo temor se lograran cambios significativos en la conducta. Es hora darle al COVID su real dimensión; esto es un problema de conducta, no se trata de quitarle mérito a lo hecho, pero si las estrategias no se complementan con el diseño de herramientas fundamentadas científicamente para cambiar creencias, actitudes y prácticas, es difícil crear una cultura de la prevención y del auto cuidado y por lo tanto bajar la curva del contagio y mejorar los indicadores de salud será un camino más difícil.
Con base en lo anterior, en compañía de un equipo de profesionales de la psicología hemos diseñado un “programa de modificación de conducta social para el control del covid 19, mediante la utilización de mecanismos diferentes a los utilizados, sin detrimento de los sectores económicos. Basado en investigaciones en el campo de la psicología científica y las neurociencias, que faciliten lograr cambios sostenibles y crear una cultura del autocuidado en la población. De seguir con las mismas estrategias, se van a obtener los mismos resultados indefinidamente y los costos sociales y económicos serán mayores e incalculables.
Dr Jame Acosta – Móvil +57 3045660217
Psicología Clínica. Terapia de Parejas, Sexología, Adicciones, Terapia Psicosomática, Terapia Mente Cuerpo, Coaching, Trainer en PNL e Inteligencia Emocional, Entrenamiento Mental, Hipnoterapia.
Otros estudios:
Investigación Aplicada a la Educación, Administración en Salud y Seguridad Social, Auditoria de Servicios de Salud y Sistemas de Calidad.