¿Por qué nuestra sociedad está enferma?, las noticias de los medios así lo reflejan, están llenas de violencia, corrupción, adicciones, suicidios, violaciones y mil cosas más que son el indicador de la falta de capacidad de las personas para administrar sus vidas y tomar decisiones.
La Inteligencia Emocional se define como la capacidad de gestionar las propias emociones e identificar, conocer y entender las emociones de los demás. Lo que no es tarea fácil y aunque todo el mundo habla de ella, muy pocos saben cómo aplicarla. El sistema educativo privilegia lo académico y poco se tienen en cuenta las emociones, ignorando que es el aula un espacio donde nos dotamos de nuestro repertorio emocional dependiendo como se afronten las experiencias; cuando las vivencias son negativas o trumáticas y mal elaboradas se forman estudiantes académicamente competentes pero emocionalmente incompetentes, lo que incide en el fracaso académico y la deserción escolar, afectando considerablemente los indicadores de calidad educativa y siendo un factor de riesgo para la sociedad.
El conocimiento académico es muy importante en la formación del ser humano pero no determina su éxito laboral, ni profesional ni mucho menos familiar; sino se complementa con una buena educación emocional, de nada sirve tener un cumulo de conocimientos cuando el desequilibrio emocional no permite hacer un buen uso de el. Me pregunto,¿Qué tan inteligente puede ser una persona con tantas capacidades académicas pero que su vida personal es un desastre?. Y surge la necesidad de diferenciar lo que es ser inteligente de lo que es ser intelectual .
La mayoría de Instituciones académicas, en su afán de figurar en el ranking de los mejores colegios o mejorar los indicadores de calidad educativa, se centran en lo académico y no tienen en cuenta las emociones; los indicadores emocionales no existen y se están formando buenos estudiantes pero malos ciudadanos. Por esta razón, se arrojan a la sociedad enciclopedias ambulantes, llenos de conocimiento, emprendedores, pero sin herramientas para resolver los diferentes problemas y desafíos de la cotidianidad, para luego terminar frustrados, sumidos en sus propios conflictos en una sociedad cada ves más competitiva y depredadora pero menos tolerante, donde a la hora de enfrentarse a situaciones adversas validan su incompetencia emocional. Ni los padres de familias ni los educadores, ni la sociedad necesitan empresarios estresados y depresivos, ni genios suicidas.
Si se quiere un desarrollo integral y sostenible de una sociedad es necesario reflexionar sobre que clase de ciudadanos se están formando y es imperativo cerrar la brecha entre lo académico y lo emocional, con el fin de llevar a las aulas una educación integral que sin menoscabo de lo académico se le brinde la importancia necesaria a los factores emocionales, lo que redundará positivamente en el logro de los objetivos académicos y en el desarrollo psicosocial de los estudiantes y por ende tendremos una mejor sociedad.
Muchos serían los beneficios de un programa de inteligencia emocional en el aula:
- A nivel de los estudiantes: Serán más «resilientes» es decir capacidad para sobreponerse a situaciones adversas, manejo adecuado del estrés, la depresión, la ansiedad, se prevendrá el suicidio, desarrollaran habilidades interpersonales y facilidad de adaptación al cambio.
- A nivel institucional se aumentará la motivación académica, reduciría el fracaso y la deserción escolar y mejorarían los indicadores de calidad educativa,
- A nivel social: Se reducirá la violencia escolar y social y la delincuencia .
Sobre todo tendríamos estudiantes, educadores y padres de familia más felices y una mejor sociedad.
Como padre de familia y psicólogo conocedor del tema, mando un mensaje de urgencia a las instituciones educativas sobre la conveniencia de implementar un programa de inteligencia emocional en el aula, que involucre a estudiantes, profesores y a la familia, el cual debe ser desarrollado por expertos, aplicando los últimos avances en el campo de las neurociencias y la psicología científica a nivel de intervención, donde se puedan evaluar resultados. Si se sigue arrojando a la sociedad competentes intelectuales pero incompetentes emocionales, será muy difícil tener un mundo mejor.
Dr Jaime Acosta – Contacto +57 3045660217
Psicología Clínica (Niños, Jóvenes y Adultos) Terapia de Parejas – Sexología. Adicciones, Coaching Educativo- Trainer en PNL e Inteligencia Emocional, Entrenamiento Mental.